Soy una persona común y corriente, hijo único de una familia trabajadora de estrato medio. Mis padres, David y María Eugenia, hicieron un esfuerzo muy grande por brindarme educación. Por eso y por mucho más los amo y les agradeceré toda mi vida.
Mis padres se separaron cuando yo tenía diez años. Tanto mi mamá como mi papá se volvieron a casar y hoy en día somos muy unidos. Nací, crecí y me he educado en esta ciudad. Soy 100% bogotano. Y no tengo hermanos.
Me acuerdo, quizás a mis cuatro o cinco años, diciéndole a mis papás a diario: “Papi, mami, un hermanito; papi, mami, un perrito”. Era mi discurso, casi que permanente. Pero llega un momento en la vida que tienes claro que eres hijo único. Y lo que tú dices, el complemento son los primos. Tengo una relación maravillosa con ellos, que son numerosos.