Aunque algunos de nosotros decidimos apostarle a la vía de la no polarización y a la necesidad de generar acuerdos, pareciera que poner esta idea en práctica resulta bastante complicado, comenzando por nuestros congresistas.
Al cierre del pasado periodo legislativo, el Congreso les causó otra gran desilusión a los colombianos cuando no aprobó las iniciativas para fortalecer la lucha contra la corrupción. Muchos se excusaron en que ya existían, en que las nuevas medidas no eran lo suficientemente robustas, entre otros argumentos. Lo cierto es que el Congreso cuenta con los niveles de desaprobación más altos del país, ya que por las malas decisiones de vida de unos pocos la mayoría de legisladores han quedado estigmatizados. Y en vez de ayudarse aprobando lo que el pueblo deseaba, decidieron enviarle a la sociedad un pésimo mensaje despreciando a las medidas contra la corrupción.
Grave error. Los servidores públicos se deben a la gente, su único jefe es el ciudadano, y ellos están para representar la expresión popular no sus intereses o peleas personales. Porque eso es lo que dicen que sucedió, no lo aprobaron porque les cuesta reconocer los aciertos de sus contendores políticos. Sigue el circulo de la polarización.
Por eso, ya que estamos cercanos al inicio de una nueva legislatura, como un ciudadano más, quiero pedirles que nos pongamos de acuerdo. Para empezar, la reforma política. Existe la imperiosa necesidad de acabar con el voto preferente que ha traído tantos visos de corrupción, acompañados de politiquería y de problemas de financiación al sistema político colombiano.
Las campañas se convirtieron en microempresas que compiten dependiendo de la cantidad de recursos que ostentan. Ahí es donde inicia el problema, muchas veces para saldar esas deudas se incurre en maneras irregulares para devolver favores. Las listas cerradas son la única forma de que se fortalezcan los partidos y las ideologías porque votaremos sabiendo qué es lo que piensa y propone cada partido, su visión colectiva de las cosas y no de cada candidato como ruedas sueltas.
El segundo, castigar la reincidencia del hurto callejero acompañada de la prohibición de porte de armas blancas. Hay casos de delincuentes que han salido y entrado de la cárcel 44 veces, y hoy el porte de armas blancas no está penalizado. La situación de inseguridad a nivel nacional se está agravando, poniendo en peligro la vida de millones de personas, la tranquilidad de las familias y, además, afecta industrias como el turismo, el clima de negocios y la inversión extranjera.
Otro tema para ponernos de acuerdo es la búsqueda de una salida que proteja a los niños de los abusadores. Es necesario sacar adelante una iniciativa como la que propusimos años atrás junto con Gilma Jiménez (Qepd), y es la de la cadena perpetua para violadores de niños. ¿Qué mas noticias trágicas tenemos que ver más? ¿Cuántos niños más tiene que ser víctimas para que tomemos una decisión como esta?
Finalmente, y no menos importante, pongámonos de acuerdo en la paz. Necesitamos la certeza de que el Gobierno apoya la implementación del proceso. El recorte presupuestal es un golpe a la operatividad de la JEP. Rechazo con vehemencia la actitud de Jesús Santrich, quien deberá ser capturado y procesado, pero no se puede “Santrichizar” el proceso. La paz es más que uno de sus integrantes, es un anhelo y derecho de los colombianos.
Fuente: La República