Alrededor de 11,6 millones de votos alcanzó la consulta anticorrupción, le faltaron muy pocos para alcanzar el umbral y obligar al Congreso a legislar tal y como quiere el pueblo sobre algunas prácticas para hacerle frente a la corrupción. Pero no se desanimen, no superar el umbral no es un fracaso, por el contrario, refleja que cambiamos el chip. Fue un mensaje de alerta para la política corrupta: los vamos a derrotar.
Hace un tiempo, abrirse campo en la política era mucho más complicado de lo que ahora es. Las casas políticas eran aún más fuertes, casi como derechos heredados. La información era poca, no era inmediata y se limitaba a un par de medios tradicionales. Por eso, me sostengo en mi tesis: la tecnología nos hizo colombianos muy diferentes.
Hoy tenemos información 24/7 a través de distintas plataformas. Gracias a las redes sociales nos dieron un megáfono a cada uno para opinar, denunciar y contribuir a la construcción de determinados imaginarios. La tecnología nos da herramientas que nos permiten hacer mayor veeduría sobre los procesos administrativos que implican el gasto de recursos.
Así fue como la movilización social también se vio impactada. Hoy las causas nos unen y nos juntamos de manera más sencilla gracias a las redes, cada día vemos nuevos líderes nacientes que a través de sus opiniones nos llevan a otros caminos. Ya no es necesario tener un cacique político detrás, solo basta tener una buena comunicación para ganarse el corazón de la ciudadanía, contagiarlos de buenas ideas, hacer campañas y como no, conseguir su voto de confianza.
La consulta fue una prueba de este nuevo mundo. Estar conectados nos dio la posibilidad de conocer de primera mano noticias que nos indignaron y nos avergonzaron sobre cómo algunos nos robaron los recursos, nos robaron años de desarrollo e incluso nos robaron vidas. Por eso apoyé la consulta (https://davidluna.com.co/si-otra-vez/), porque debíamos enviar un fuerte mensaje a quienes todavía creen que ser político es sinónimo de enriquecerse.
Como lo he dicho en muchos espacios, quien pretenda hacerse rico en el sector público se equivocó de empleo porque la administración pública no es un negocio, es el poder y la responsabilidad de impactar positivamente la vida de alguien con cada decisión que se tome.
Por eso me siento feliz por los resultados de la consulta. Valoro el esfuerzo de quienes la promovieron. Los políticos y los funcionarios públicos son servidores públicos cuyo único jefe es el ciudadano y de sus resultados depende la duración y el asenso, como cualquier trabajo en el mundo.
Pero también digámosles sí a nuevas opciones que nos permiten luchar contra la corrupción: sí a los datos y al gobierno abierto y a que las entidades se comprometan aún más para hacer pública la información. Sí al blockchain, una alternativa ya que garantiza la transparencia de cualquier transacción mediante sus registros. Y claro, sí a seguir fortaleciendo el gobierno digital, entre más cerca esté el Estado al ciudadano y le dé instrumentos para participar y denunciar será más fácil hacer frente a los corruptos.
Ahora que tengo su atención: la lucha contra la corrupción también está en no colarse en el transporte público, no violar las normas de tránsito, no comprar contrabando, entre otras.
Fuente: La República