En penetración de la tecnología en Colombia, los dos últimos ministros encargados del tema lo han hecho muy bien. Lamentablemente, David Luna se retiró hace pocos días de la cabeza del Ministerio de las TIC, pero nos dejó una muy buena labor.
Más de mil zonas públicas con wifi gratis, puntos digitales, muchísimos puntos y quioscos digitales por todo el país, en zonas rurales y urbanas, y un país conectado a internet con buena banda ancha.
Por sus logros, Luna es, sin duda, el mejor ministro de este Gobierno, y los colombianos le debemos dar una agradecida despedida y desearle lo mejor en sus próximos emprendimientos.
En este país —como lo describió un político francés hace años cuando se le preguntó su opinión sobre Colombia y respondió que se piensa mucho, pero se habla más y no se hace nada— los buenos proyectos se malogran, como el de la semaforización nueva para Bogotá, que el Distrito suspendió acogiendo una solicitud de la Procuraduría.
No sé si fue por malos requerimientos o irregularidades en la documentación presentada por la firma ganadora, pero lo que importa es que se reanude lo antes posible, ya que va a beneficiar el tránsito bogotano y, por ende, a los que vivimos en la ciudad capital.
Si esto sucede con el reemplazo de los semáforos obsoletos, imagínense cómo será cuando se inicien los proyectos de hacer de Bogotá, o cualquier otra, una ciudad inteligente, pues esto va a implicar hacer contratos importantes para cambiar infraestructura con el fin de que se pueda automatizar y convertirla en digital para poder tomar decisiones inteligentes para mejorarlas.
Qué tal Cartagena, la ciudad emblema del país, que lleva numerosos alcaldes en poco tiempo y cada día se ve más descuidada y con un tráfico que va de mal en peor. Los turistas que la visitan, según he oído allí, afirman que es una ciudad muy linda pero muy descuidada y sucia. El tráfico da pena. Parecería que quienes lo controlan y administran no analizaran las opciones que existen, pues siempre toman las peores decisiones.
El edificio que dañó la hermosa vista del castillo de San Felipe debería ser derrumbado lo antes posible, ya que uno de los escenarios más lindos del Corralito de Piedra, como lo es el castillo, dejó de serlo. Eso es una muestra de lo poco inteligente que son los organismos de urbanismo de Cartagena y sus mandatarios. ¡Túmbenlo ya!
GUILLERMO SANTOS CALDERÓN
guillermo.santos@enter.co