Cuando David Luna Sánchez había sido nombrado y aún no se había posesionado, escribí una columna que titulé ‘La humildad de David Luna’. Lo hice sin conocerlo, porque me pareció injusto el matoneo que sufrió antes de posesionarse por decir en un par de entrevistas que no era un técnico como su predecesor. La verdad, y mis lectores y el Ministro Luna saben que no es ‘lamboneo’, creo que ha superado las expectativas de muchos de sus acosadores iniciales. Está dejando una huella propia en el MinTIC y, un hombre tan joven, está fortaleciendo los cimientos de una carrera política que, seguramente, lo llevará a destinos más altos en un futuro no muy lejano.
Pese a que no comparto algunos de los logros del MinTIC, debo reconocer que se han obtenido muchas cosas importantes. Los resultados del gobierno Santos superan con creces para las TIC y las telecomunicaciones, todo lo hecho en el país en los últimos 20 años. Y me atrevo a decir eso porque la troncal de fibra óptica (TFO) que conecta hoy al 90 por ciento de los municipios del país es un salto de unas proporciones que solo los operadores de telecomunicaciones han valorado. Y si bien es cierto que he criticado que la banda ancha no ha llegado a esos pueblos, esa es otra discusión en que el Estado tiene que valorar sí sigue incentivando el uso de la banda ancha móvil o, como en todos los países desarrollados del mundo, propicia la llegada de la última milla de la TFO y que la banda ancha fija crezca en el país.
El ministro Luna convocó un grupo de asesores ad hoc al comienzo de su administración, los avengers TIC, del cual hice parte. Y creo que mucho de lo que dije en ‘La humildad de David Luna’ y mucho de lo hablado en esas sesiones ha alimentado la gestión del Ministro. Lo único, totalmente original, con lo que me ha sorprendido es lo de las Zonas WiFi. Públicamente he dicho que no comparto dicha política, pero debo reconocer que es un inmenso logro y ha permitido a muchas personas conectarse a la web con sus teléfonos móviles y tabletas. Muy pocos utilizan esos espacios con portátiles.
Otra cosa, heredada de esas sesiones es la búsqueda por invertir más recursos en uso y apropiación de la tecnología. Todo lo que se ha hecho con Apss.Co y a través del Programa de Fortalecimiento de las Industrias TI (Fiti) es un gran paso en la dirección correcta.
Digo lo anterior porque tuve oportunidad de conocer el más serio y profundo estudio hecho en Colombia –algo que vengo reclamando hace rato– sobre el uso y apropiación de tecnología por parte de los colombianos. Tenía algunas reservas acerca de dicho documento, pero al tener la oportunidad de sentarme con Carlos Esteban Lemoine y Fabricio Alarcón, del Centro Nacional de Consultoría (CNC), y debo confesar que quedé gratamente impactado. El CNC desarrolló un indicador de apropiación digital (IAD) que, muy seguramente, se va a convertir en un referente a nivel mundial, sobre todo para los países en vía de desarrollo. Y es que el equipo, comandado por ese científico social que es Carlos Lemoine, padre, se apartó de los parámetros de Unión Internacional de Telecomunicaciones, de la Ocde, del Banco Mundial, del Foro Económico Mundial y, reitero, creó un IAD para nuestro país, que además de ser una inmensa novedad es un gran aporte al desarrollo de la investigación social en nuestro país que hoy debe incluir estas variables. Otro aporte inmenso de dicho estudio es haber desarrollado un índice de Gini gigital. ¡Wow!
Ese ‘Estudio de Transformación y Apropiación Digital’ nos muestra cosas que, a través de la observación empírica, he venido diciendo, y es que estamos muy mal en uso y apropiación de tecnología. Dicho análisis dice que “el 43 por ciento de los colombianos que han ingresado al mundo digital se encuentra en un nivel básico (entretenimiento); el 27 por ciento ha avanzado a participar en procesos educativos, pero solo el 4 por ciento ha llegado realizar transacciones y producir ingresos a partir de la apropiación de la tecnología”. “En el 34 por ciento de las empresas no se encontró evidencia alguna de uso de la tecnología; el 17 por ciento está en el nivel básico, el 36 por ciento uno intermedio, y solo el 13 por ciento han llegado a aplicar nuevas herramientas como bots, big data, aprendizaje automático, internet de las cosas o analytics”.
El IAD que crearon permitió analizar que el promedio de los colombianos está en 0,24 por encima de naciones como México (0,21), pero por debajo de Chile (0,32), Argentina (0,33) y de los países europeos, el mejor de los cuales es Holanda, con 0,45. Tenemos mucho por hacer en uso y apropiación de tecnología.