Más allá de las 1.000 zonas wifi gratis que ya completó el MinTIC, los logros más importantes de la gestión de David Luna Sánchez al frente de dicha cartera tienen que ver con lo conseguido en uso y apropiación de la tecnología. Entre los cuales vale resaltar los recientes resultados del congreso COL 4.0, en el cual 62.000 jóvenes y adultos participaron, tanto presencial, como virtualmente.
La participación de 302 conferencistas, entre ellos 78 de países como Estados Unidos, Perú, España, Uruguay, Argentina, Australia, Canadá, Brasil, Inglaterra, Francia, Rusia y México, que hablaron de videojuegos, animación, medios, desarrollo web y móvil, música, emprendimiento, ciberseguridad, publicidad y monetización. La rueda de negocios de Colombia 4.0 Softic, cerró superando la meta prevista, pues hubo ventas en sitio por 158’520.000 dólares, y expectativas de negocio por 72,4 millones de dólares. En este espacio se dieron cita 80 compradores internacionales de 24 países y 160 empresas exportadoras de la industria TI y de contenidos digitales.
El ministro Luna anunció allí, en COL 4.0, la más grande campaña de capacitación, con certificaciones profesionales, que se haya hecho en Colombia, y quizás una de las más grandes a nivel mundial. Buscaran beneficiar a 432.000 personas, quienes recibirán, presencialmente unas, virtualmente otras, capacitación que les permitirá contar con certificaciones que les brindaran herramientas para las nuevas exigencias del mundo laboral de hoy.
Para un sector que hoy sigue creciendo a tasas más altas que las de un país cuya economía está en recesión, así el Estado no lo quiera admitir, y que está en tasas del 3,7 por ciento de crecimiento, y cuyo ramo desarrollador de software está en plena etapa de maduración y consolidación, como lo demuestra lo que pasó en COL 4.0, no deja de ser absurdo que no haya una política macroeconómica desde el Estado que nos permita soñar con ser la próxima Finlandia, Estonia o Corea del Sur.
Por eso, el más grande legado del actual Ministro de las TIC del país será la ley que crea un nuevo y único ente regulatorio para el sector, que no debe servir para bajar los ingresos de los dos actuales fondos, sino para mantenerlos, por los menos. Pues hoy las grandes Telcos deben pagar cinco contribuciones o tasas por los diferentes servicios que prestan. Los canales de televisión pagan una sola contribución. Al darse un solo fondo y una sola contribución, el pago debe ser equilibrado y justo. Quien más servicios presta, más paga.
En mi columna pasada pequé de ingenuo, al proponer un mecanismo para seleccionar los comisionados del nuevo ente regulatorio, porque sí se diera, no me imagino al Congreso incluyendo a la AMI, antigua Andiarios, entre los gremios con capacidad de nominar a los comisionados. Creo que lo más transparente sería que los comisionados fueran ternados por las primeras siete universidades con programas de ingenierías.
Ahora, insisto, las calidades para ser comisionados deberían permitir la llegada de académicos e intelectuales con una visión holística de las TIC y las telecomunicaciones y que han jugado un papel clave en la formación de opinión y conciencia en el país, amén de que muchos han sido emprendedores. No quiero citar nombres, pero hay algunos muy importantes en la historia reciente que no son ingenieros, pero le han aportado mucho al crecimiento del sector en el país.
El senador Jorge Hernando Pedraza, viene insistiendo hace rato en la necesidad de declarar internet un servicio público esencial. En mi columna pasada lo pedí. Ese sí sería el legado más grande que nos podría dejar el ministro Luna. Que ese proyecto de ley, incluya esa declaratoria.
La crisis económica actual nos permite insistir en la necesidad de mirar hacia el sector de las TIC y las telecomunicaciones como el próximo motor de la economía. Irlanda lo consiguió. Estonia, también. Diego Molano dejó al país unido a través de la Troncal de Fibra Óptica (TFO). David Luna debe dejar creado el sendero para que la educación en uso y apropiación de tecnología nos permita soñar con ser la nueva potencia del desarrollo de software y aplicaciones a nivel mundial, y un primer paso sería convertir a internet en un servicio público esencial.
Ahora bien, el nuevo y único ente regulatorio no puede regular, vigilar y juzgar al mismo tiempo. Se requiere la creación de una superintendencia de TIC, tal cual lo propuso el senador Pedraza hace tres años, y como lo pedí en una columna en este medio. Esa nueva reglamentación del sector con internet como servicio público esencial, nuevo y único ente regulatorio y la nueva superintendencia de TIC y telecomunicaciones, será, sin duda, el legado más grande, reitero, que le podrá dejar David Luna Sánchez a las nuevas generaciones.