Bogotá D.C., Marzo de 2010. El centro de Bogotá que comprende las calles 26 hasta la calle 6ª entre la Avenida Caracas y la Avenida Circunvalar, hoy es foco de inseguridad, miedo, desconfianza y de poca movilidad en especial los viernes. El Representante a la Cámara David Luna, recorrió la zona y encontró que no ha sido necesario ubicar unidades de policía en las esquinas para evitar que los bogotanos no vuelvan al centro.
“Se volvió común ver en la Avenida Caracas entre la Avenida Jiménez y la Calle 26 edificios desocupados y en algunos casos abandonados, sus fachadas que antes eran locales comerciales, fueron levantados muros de ladrillos para evitar que la delincuencia y los habitantes de calle los tomen como vivienda” dijo Luna. Así es el panorama que se aprecia en la troncal de TransMilenio, desolador, donde el sector que comprende la casa parroquial de la iglesia La Capuchina y la Academia de Bellas Artes desde la calle 14 hasta la calle 15, se convirtió en un basurero, foco de roedores y en baño público.
El sector, según el Representante a la Cámara por Bogotá David Luna, no cuenta con iluminación pública, la oscuridad a cualquier hora de la noche se convierte en cómplice de la delincuencia y el hampa, “es increíble que una zona con mucha historia como la Academia de Bellas Artes y la Iglesia La Capuchina estén en el olvido, es imposible transitar después de las 5 de la tarde, la situación es un problema de salubridad por el uso de baño público que le están dando a la Avenida Caracas”, dijo Luna.
Otro de los casos que preocupa es el barrio Alameda que comprende el cuadrante de la calle 26 hasta la calle 19 entre la carrera 10ª y la Avenida Caracas. “La prostitución callejera se tomó este populoso sector del centro, mujeres y hombres están en las esquinas a cualquier hora del día, especialmente alrededor del edificio antiguo de Telecom, un video que está en mis manos, muestra que no hay control para este problema, mucho menos para las residencias que abundan en el sector”, afirmó Luna.
De la misma forma en la carrera 13 entre calle 19 y 18, la situación no cambia “la prostitución callejera se ha tomado no solo ese sector de La Capuchina, también en horas de la noche, la calle 18 entre carrera 13 y Avenida Caracas, se convirtió en un mercado de sexo por dinero” alegó el congresista.
CAOS EN EL USO DEL SUELO
Pero no solo la Avenida Caracas se encuentra olvidada, la calle 19 entre carreras 10ª y 3ª, en pleno centro de Bogotá, esta sitiada por la invasión del espacio público y por la proliferación de bares y discotecas, “desde la desaparición del centro comercial Los Nutabes, donde existían a finales de la década de los 90´s más de 200 bares y discotecas en un solo sector, no se veía el desorden y el caos en materia de uso de suelos en la Calle 19. Además el alto volumen de estos sitios está afectando la cotidianidad de esta vía arteria, de los hoteles de la zona y los habitantes del sector” dijo Luna recorriendo la zona.
Según Luna, uno de los temas más preocupantes es el histórico sector de La Candelaria, donde según sus vecinos existen 53 bares y discotecas entre las calles 11 y 15 entre las carreras 1ª y 4ª.
“La historia de Colombia y Bogotá es la que está en peligro, La Candelaria no puede reconocerse por los bares y discotecas que alberga, exigimos que se adelante un plan de emergencia para recuperar la zona, la inseguridad reina en las calles adoquinadas, los hoteles de la zona aconsejan a sus huéspedes extranjeros no salir después de las 7 de la noche” agregó Luna. “Los viernes cuando se realiza el séptimazo, los residentes del sector piensan varias veces en salir de su casa por el problema de movilidad, “salir temprano y regresar tarde es la premisa que más usan, eso si arriesgándose a ser atracados, por otro lado los taxistas conociendo estos múltiples líos, no hacen carreras al centro de la ciudad” afirmó Luna Sánchez.
CIERRE DE VÍAS SIN PLANEACIÓN
Los comerciantes del centro también se están viendo afectados, principalmente los viernes cuando se realiza el cierre de la carrera séptima desde la calle 12 hasta la calle 26, para la realización del séptimazo.
“Este espacio ideado para los artistas, cuenteros, pintores y que empieza a las 5 de la tarde, ha convertido al centro de la capital en una bomba de tiempo los días viernes, por eso es urgente reorganizarlo, o si es mejor suspenderlo, mientras se terminan las obras de las III fase de TransMilenio que se llevan a cabo en la Avenida Calle 6ª, la Carrera 10ª y la Calle 26ª, pues la inmovilidad de las pequeñas vías del centro, aleja a los turistas y el séptimazo hace que los visitantes del centro se lleven una mala impresión, por el desorden y el caos que impera por la venta ambulante de comida, frutas y ropa sobre la vía” dijo el congresista bogotano.
VENTA DE LICOR, SIN CONTROL
Según Luna otra de las graves fallas que presenta el centro de la capital es el auge de bares frente a instituciones educativas. En la calle 11, junto a la Universidad de la Salle, los establecimientos comerciales dedicados a la venta de licor abren sus puertas sin ningún problema, “es claro que están violando el Código de Policía de Bogotá y el Proyecto de Acuerdo 433 de 2006 donde está prohibido expender licores a 200 metros alrededor de cualquier institución educativa, hay que poner en cintura a estos locales, no ha habido autoridad para que dejen tranquilos a la comunidad estudiantil del centro” refutó Luna.
Otro de los sectores universitarios donde los bares abusan de su ubicación es en inmediaciones de la Universidad Externado, sobre la calle 12, en la Universidad Libre sobre la carrera 6ª con calle 7ª y en la carrera 5ª con calle 13 en la Universidad Autónoma y en el mismo sector la CUN.
Así mismo, estas vías en la noche están siendo invadidas por carros particulares que parquean a lado y lado de calles y carreras, convirtiendo la movilidad del centro en un verdadero caos, “los que más hacen trancón son las rutas piratas (microbuses de servicio escolar) que invaden los andenes a los alrededores de la Universidad de la Salle, pero no se quedan atrás los taponamientos vehiculares en la calle 10ª entre carreras 4ª y 5ª sobre el Museo Militar, en inmediaciones al Chorro de Quevedo, la carrera 5ª entre calles 13 y 14, la carrera 2ª entre calles 10ª y 11, calle 11 entre carrera 2ª y 4ª, todo por el mal parqueo de vehículos” sentenció Luna.
El Chorro de Quevedo, aunque es conocido por la venta de chicha legionaria de los capitalinos, se les está saliendo de las manos a las autoridades. Los viernes llegan al menos unas 500 personas a tomar licor y a buscar alucinógenos.
“Estuvimos en el sitio, y comprobamos que la autoridad es insuficiente para todas las personas que llegan al Chorro. En un video que realizamos un agente de Policía que presta vigilancia en el sitio reconoce que mantener el orden en la zona no es fácil ‘es como, un ejemplo, nos ponen al lado del BRONX disque a controlar bazuqueros, mientras vendan (droga) allá, pa’ nosotros es muy… pueden poner mil policías, de que sirve que nosotros estemos acá (Chorro de Quevedo), si siguen vendiendo chicha (licores)’, el mismo uniformado dijo ante la cámara que no iban a trabajar más en la zona: ‘igual ya nos vamos, independiente del que señor grabe o no.. .Mire haga lo que quiera, vea aquí está mi número (mostrando su número de identificación en la chaqueta reflectiva de la Institución)”.
Ante esta delicada situación que está viviendo el centro de Bogotá, el Representante a la Cámara David Luna citó a la Secretaria de Gobierno, al Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá y a la Secretaria de Integración Social, a un encuentro comunitario que se llevó a cabo el jueves 25 de marzo a las 6:00 p.m. en el recinto de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes.
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EL CENTRO DE BOGOTÁ: UNA BOMBA DE TIEMPO